En febrero de 2016 la Comisión Europea puso en marcha un proyecto piloto basado en la introducción de una tarjeta europea de discapacidad. El objetivo del proyecto es ayudar a que las personas con discapacidad puedan viajar con más facilidad entre los distintos países de la Unión Europea, creando un sistema voluntario de reconocimiento mutuo de la condición de discapacidad y una serie de prestaciones asociadas a una tarjeta europea de discapacidad, a la que de ahora en adelante nos referiremos como “la tarjeta”. La tarjeta garantiza igualdad de acceso a prestaciones transfronterizas para las personas con discapacidad, en especial en las áreas de cultura, ocio, deporte y transporte. La tarjeta es válida en todos los países de la Unión Europea que participan de manera voluntaria en el proyecto. En octubre de 2017 ocho Estados miembro de la UE se inscribieron en el proyecto piloto: Bélgica, Chipre, Estonia, Finlandia, Italia, Malta, Rumanía y Eslovenia.